Dios: Patrimonio de la Humanidad – por Ángel Noguera

Espíritus bienaventurados, aquí estamos otra vez, después de miles de años, destinados a ser mensajeros de Lo Superior antes de que se apague nuestra estrella; obligados a emitir veredicto definitivo -que es para lo que hemos sido llamados al Ser- y presentar la última y más descomunal de las batallas, haciendo que su Historia irrumpa nuevamente en nuestra cultura; que la humanidad sea mejor ya nos es indiferente.

Como han cambiado los tiempos, ahora nuestros dobles anhelan ir a Marte en redondas naves como lunas plateadas. Tranquilos, otro Marte les espera aquí. Sí, redondas formas claras por el aire van y vienen, todo es adrede, el Altísimo algo quiere: golpe contra golpe, daño contra daño, hierro contra carne. De otro modo, podríamos decir que aún continuamos adaptándonos al medio, si no fuera porque el medio es más amplio que la realidad material que lo circunda, es decir, que tenemos un significado simbólico, no sólo geográfico; el alimento de nuestros dobles es distinto.

Hemos sido convocados a renovar una nueva Alianza con las ruinas de toda la humanidad y a formar un nuevo juicio, un Juicio Final. Cualquier lugar es nuestro templo, nos postramos ante las montañas y nos bautizamos en los ríos. Esta es nuestra unidad de medida, y venimos a medir y pesar vuestros ídolos en nuestra balanza; veremos qué grado de verdad son capaces de soportar, mas no olvidéis que a aquellos los encontrasteis antes que a vosotros mismos. Nosotros siempre hemos sido algo más egoístas, por eso terminamos por amar alegremente todo lo Creado. En premio a nuestro amor nos ha sido encomendada la más alta de las misiones: proponer a Dios como Patrimonio de la Humanidad. ¡Qué desaforismo! Esta será nuestra última y más extraña demencia, y lo peor es que nuestra locura no es dudar, sino estar convencidos.

Los primeros contactos que hemos mantenido con autoridades competentes nos alertan del lastre que supone la Iglesia para la opinión pública en lo que a trascender los propios pensamientos se refiere, pero ¿qué nos ha de importar? Tenemos poetas, filósofos y profetas de multitud religiones que vienen hablando de Él desde hace siglos, tenemos literatos, pintores, escultores, músicos y científicos, e incluso políticos y analfabetos de todas las épocas. Las ideas de los grandes hombres deben protegerse, si no corren el riesgo de erosionarse, derrumbarse y olvidarse.

Tuvimos unos años en que nuestro cuerpo se encorvó demasiado sobre los codos, y traducidas las impresiones en papel rodábamos cabeza abajo. Ahora afirmamos, no nos asusta el erudito que no piensa si no revuelve cien libros cada día.

Dios tiene cien nombres, véase Ramón Llull, todos ellos deben ser protegidos, uno de ellos es Naturaleza, véase Spinoza, millones de manifestaciones artísticas cantan alabanzas en formas de catedrales, pirámides, templos… y si Patrimonio son los objetos mismos, ¿por qué no las ideas que los engendraron? ¿Por qué no restaurarlas y recuperarlas?

Enseñaremos a escuchar y estarse quietos a los seres ruidosos y vanidosos, mostraremos la intelección suprema, el más bello y profundo por qué y para qué, una nueva unidad de contrarios tal que el estruendo de una guerra nuclear no sólo no podría invalidarlo, sino que sería un dato empírico que confirmaría nuestra hipótesis, y el más bello fin, sólo digno de la inteligencia humana que la divina otorgó.

Dios es Patrimonio de la Humanidad, en esa piedra, hombres, duerme una imagen para mí; es la Imagen de mis imágenes, la Representación de las representaciones.

  • Dios: Patrimonio de la Humanidad (I)
  • Dios: Patrimonio de la Humanidad (II)Leer
  • Dios: Patrimonio de la Humanidad (III) Tauromaquia – Leer

Texto publicado originalmente en El Intempestivo #1

2 comentarios en “Dios: Patrimonio de la Humanidad – por Ángel Noguera

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