Dios: Patrimonio de la Humanidad (II) por Àngel Noguera

Nos pedirán justificaciones, demostraciones, datos que corroboren la presencia Divina. Esperan que hagamos alguna que otra exposición escolástica, que con pleno derecho filosófico podríamos hacer, aunque preferirían que algo sobrenatural y extraordinario acaeciese y se presentase ante su aguda mirada; quizá un fantasma o una aparición extraterrestre, quien sabe, quizá que el mismo Dios les hablase cara a cara: nunca tienen suficiente; abrazan a su amada y lo niegan, lo niegan cuando ven crecer a sus hijos, ante el sol, el mar y la montaña lo niegan, hasta cuando mueren en paz lo niegan. Nos pedirán justificaciones, demostraciones, mas nosotros corregiremos hasta las argumentaciones más sutiles: “en verdad es difícil demostrar a Dios, ¿pero acaso la más bella de todas las cosa no es la mejor demostrada?” Quien tenga oídos que oiga, con los que no tienen, utilizaremos el típico tono de autoayuda…

Si se halla afligido… lea Salmo 34
Si los negocios van mal… lea Salmo 37
Si cae en pecado de apostasía… lea Jaime I Oseas, XIV, 4-9
Si desea usted sueños apacibles… lea Salmo 121
Si desea la paz, el poder y la abundancia… lea Juan, 1
Si va perdiendo la fe en los hombres… lea I. Corintios, XIII
Si está cansado de pecar… lea Salmo 51, Lucas XVIII 9-14

Si aún así, y previa visita a un psicólogo especializado, no encuentra motivos de alegría y gratitud…abandone esta vida, todas las leyes físicas y metafísicas amparan su decisión.

Al resto les invito a renacer desde el principio.

***

“La acción es la herida abierta en la tierra quieta, la fosa que animada por la sangre, evoca los espíritus desaparecidos, los cuales, sedientos de vida, la logran en el obrar de la auto conciencia. El asunto en torno al cual gira el esfuerzo universal presenta los dos lados, el del sí mismo, es decir, el del ser efectuado por un conjunto de pueblos reales y por las individualidades que se hayan a la cabeza, y el del universal, el ser efectuado por sus potencias sustanciales. Pero, anteriormente, la relación entre ambos se había determinado de tal modo que era la conexión sintética entre lo universal y lo singular, o sea la representación. De tal determinación depende el enjuiciamiento de este mundo.”

No os asustéis pequeños. Ciertamente, este fragmento merece ser releído varias veces y nos resultará más claro cuando pronuncie la palabra mágica: “Homero”. Homero creó su obra para que las generaciones venideras le honraran; los que enjuician su obra situándose con su conocimiento por encima, otorgan a su autor un obrar que va más allá de su comprender y de su discurso, y quienes se sitúan por debajo y reconocen en ella la esencia que los domina, glorifican al dueño y señor de la misma. ¿Qué haremos nosotros pues sino glorificar?

Homero - Dios: Patrimonio de la Humanidad

Aquiles es eterno en el tiempo, su nombre será inmortal, pero también es eterno en el espacio, como forma dionisíaca sobre la que se sustenta todo joven capaz de soñar. Ahora bien, la memoria de Aquiles sólo es posible gracias a Homero, éste utiliza al héroe para su propia visión, para su interioridad devenida obra de arte; el Poeta no deja lugar a dudas: contactamos con algo intermedio entre el cielo y la tierra.

Leer a Homero incita a hablar como él, a pensar como él, que no es otra cosa que intentar captar sensiblemente lo suprasensible y suprasensíblemente lo sensible. Es obvio, por otro lado, que el lenguaje mítico no carece de una intención y una referencia; no podemos apartarnos de una visión práctica de la existencia a la hora de concebir el mito, pues su carácter funcional (Malinowsky) o explicativocomprensivo (Levi-Strauss) es evidente. Con todo, hay que tratar de entenderlo como una representación, como expresión formal de lo anímico, o el volverse forma de lo anímico: “lo espiritual”, incluso “lo moral”, no tiene otro medio de generarse que estéticamente. Así pues, debe salvaguardarse siempre el asombro en la explicación complaciente, y a mejores explicaciones mayor asombro, y la ciencia sólo existe para mayor gloria de “Zeus, que las nubes acumula”. (Me viene a la mente un cuento de Poe)

Nosotros consideramos el mito en sentido griego de “lo que se cuenta”, como un relato en cuyo interior se está desplegando la fe, aunque también es cierto que “no a todos se vienen a hacer manifiestos los dioses” (Od. 161, XVI).

La traducción de las obras de Homero permitió al idealismo alemán desplazar la vista a una nueva imagen del hombre que de algún modo se presentó como digna de emulación. Este trasvase del pensamiento de un recipiente lingüístico a otro ya había acontecido en Roma, pues gracias a la naturalización de los cantos de Homero se produjo la apertura a una nueva dimensión del hombre. Pero es que, además, L. Pilato, por iniciativa de Bocaccio y Petrarca puso la primera piedra, traduciendo a Homero, de lo que luego se llamó el Renacimiento. ¿No tiene la palabra escrita algo de grandioso en este viaje hacia el más allá desde el aquí?
Continuará…

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  • Dios: Patrimonio de la Humanidad (III) Tauromaquia – Leer

Texto publicado originalmente en El Intempestivo #2

3 comentarios en “Dios: Patrimonio de la Humanidad (II) por Àngel Noguera

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