Otra de Júnger

Vimos cómo los elementos devoraban la cosecha de muchos años de trabajo; también nuestra obra se hundía en el polvo, junto con la casa. Pero en la Tierra no nos es lícito contar con terminar nada, y afortunado puede ser llamado el hombre cuya voluntad no vive con demasiado dolor en sus afanes. No se edifica ninguna casa ni se crea ningún plan en que no figure como primera piedra su ruina, y lo que en nosotros vive de imperecedero no es en nuestras obras donde reside.

– Encontrado en Sobre los acantilados de mármol, de Ernst Jünger

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